Los chistes son importantes durante las sesiones de formación, pero no conviertas tu formación en un monólogo cómico.
¿Aburrido?
¿Qué puedes hacer para mantener tu sesión de formación no sólo soportable sino también interesante, incluso entretenida? A veces puede ser difícil para los alumnos prestar atención a lo largo de toda la sesión de formación, ya sea una formación presencial o en formato webinar. Puede hacer calor en la sala de formación, los participantes acaban de comer, no han dormido muy bien la noche anterior o simplemente lo que estás explicando no es muy emocionante. A veces el contenido de una formación es aburrido y no hay mucho que hacer al respecto. Pero incluso cuando el contenido de la formación es interesante, la capacidad de atención de los participantes disminuirá con el tiempo.
El ciclo de atención
Cada persona tiene un ciclo de atención, un ciclo que tiene la forma de media onda sinusoidal. La atención está en su punto más alto al inicio de la formación y disminuye gradualmente a medida que continúa la sesión. Cada cierto tiempo la curva de atención se reiniciará, en el mejor de los casos en su pico más alto, pero lo más probable es que reinicia en un punto inferior al punto de partida original. La atención general baja y las curvas de atención se acortan, disminuyen y son menos efectivas.
Ahí es donde el chiste hace su aparición
La duración media del ciclo de atención de las personas es de 15 minutos. Como formador, es importante sincronizar los ciclos de atención de tus alumnos para garantizar que todos los participantes retengan la misma información. Ahí es donde el chiste hace su aparición. Cuenta un chiste o haz un comentario divertido cada 15 minutos y da un mensaje importante inmediatamente después de él. Esto sincronizará el pico de la curva de atención de sus alumnos y facilitará la retención del mensaje. Haz chistes cortos, una pequeña broma.
Monólogo Cómico
Cuando un formador imparte su formación, es su responsabilidad transferir la información correcta a las personas adecuadas de la mejor manera posible. Un chiste cada cierto tiempo te ayudará a conseguirlo, pero no conviertas tu formación en monólogo cómico. Demasiados chistes o comentarios graciosos convertirán el contenido de tu formación en algo trivial, algo que no debe tomarse demasiado en serio. De una formación demasiada divertida, los alumnos retendrán sobre todo los chistes y los comentarios graciosos, no tanto el contenido de la formación. Como formador, ten siempre presente que lo que explicas es importante.